Alcalde de Arica pide no sacar a los militares de la frontera norte para llevarlos a Santiago
La solicitud de alcaldes y alcaldesas de distintas regiones del país para que se desplieguen militares en las calles se ha intensificado en medio de un clima de creciente inseguridad debido a la delincuencia. En la Región Metropolitana, ediles han estado solicitando al Gobierno desde hace tres semanas que el Ejército resguarde infraestructura crítica, como estaciones de metro y terminales de buses.
Desde Arica, el alcalde Gerardo Espíndola ha sido categórico al señalar que cualquier decisión que tome el Ejecutivo debe considerar las repercusiones a nivel nacional. Esto se debe a que el refuerzo de la presencia militar en espacios públicos no debe llevar al traslado del personal destinado a resguardar la frontera, debido a los efectos colaterales que esto podría tener.
«Desvestir a un santo para vestir al otro»
«Ante los llamados a militarizar algunos sectores de Santiago por la delincuencia en esas zonas, pido que no se haga con los militares que están protegiendo la frontera de Chile y Perú, pues nos ha costado demasiado el ir estableciendo un mayor control al desorden migratorio», expresó Espíndola.
El alcalde de Arica destacó que existe un riesgo latente de que la protección adicional de infraestructura crítica a nivel nacional signifique la relocalización de efectivos, lo que podría perjudicar a la ciudad que ha logrado mitigar los ingresos ilegales gracias al apoyo de las Fuerzas Armadas.
«En Chile es común desvestir un santo para vestir otro y Arica es el niño símbolo de ello, y si ocurre eso, no solo es una injusticia con Arica, sino que además es un riesgo para todo el país», enfatizó de manera coloquial el edil ariqueño.
Espíndola también señaló que «cualquier acción que se realice en el límite fronterizo de Chile y Perú tiene un impacto inmediato en Arica, pues somos una ciudad fronteriza y hemos sufrido durante años el desorden migratorio y, en los últimos años, la llegada del crimen organizado».